Había una vez  un indígena y estaba con sus compañeros que vivían en unas chozas en el campo y estaban cultivando maíz.

 

Un día una cazadora se robó el cultivo y los indígenas la vieron. Ella se escapó pero otro día volvió y los indígenas hicieron un plan. Cavaron un hueco la secuestraron y la mataron.

 

Después se la comieron pero se arrepintieron y no pensaron que su papá estaría preocupado, lo que hicieron fue una cena especial para la familia de ella y la cena era ella.