top of page

LA DISCRIMINACIÓN

Había una vez un oso negro y uno blanco, el oso blanco le dijo al otro: jaja eres un oso negro, entonces el oso blanco le dijo: ¡álceme hasta el salón! el oso negro se sorprendió a lo que respondió:

  • No tú tienes piernas, así que camina tu solo.

 

  • No, tú tienes que alzarme – respondió el oso blanco.

 Y el oso negro deprimido lo alzó, así que un día llegó otro oso blanco y se dio cuenta que le estaban haciendo bullying al oso negro y dijo: todos somos iguales, no tenemos que discriminar a los osos negros porque tengan diferente color. El cruel oso blanco respondió: a mí me resbala lo que digan, siempre serán negros.

 Así que siguieron haciéndole bullying, le decía que un oso negro era un esclavo así que tenía que hacer lo que él le dijera, y el hacía caso. Hasta que un día el oso se cansó:

  • ¡No me vas a tratar mal nunca más y no te voy hacer caso!

 

  • ¿No me vas a hacer caso? – respondió enojado el oso blanco

 

  • No, nunca más.

 

  • ¿No me vas hacer caso? – replicó el oso blanco

 

  • No.

 

  • Entonces tendré que obligarte a que me hagas caso.

El oso blanco le pegó en las piernas y la barriga para que nunca más se atreviera a desafiarlo. Un día el oso  negro iba coger refrigerio y el oso blanco se lo rapo y se lo comió todito, y el  oso negro muy triste le dijo:

  • ¿Oye porque me lo quitas

  • Porque los osos negros no comen- dijo el oso blanco.

  • Pues si los osos negros no comen, los blancos tampoco.

Y todo el salón dijo ‘uuuuu te dejaron callado’ y el oso blanco quedó rojo de la rabia y entonces le envió una carta que decía ‘te espero a la salida’ y el oso negro le dijo: no por favor, no me hagas nada. En esas pasaba la profesora jirafa, los escuchó y les dijo:

  • ¡Para coordinación!

Llegaron todos a coordinación y  la coordinadora puma les dijo:

  • ¿Qué es lo que está pasando aquí?

  • Nada coordinadora era un juego – dijo con voz inocente el oso blanco.

El oso negro quería decir la verdad, pero el oso blanco le había advertido que si lo hacía le pegaba, así que el oso negro no tuvo otra opción que confirmarlo:

  • Si señora, era un juego.

Un día en clase de español tenían que exponer la autobiografía, la casualidad fue que el oso negro descubrió que tenía la misma mamá que el oso blanco.

  • Nuestras mamás son iguales – dijo el oso negro.

  • Eres un mentiroso como voy a ser hermano de un oso negro como tú – se molestó el oso blanco.

  • Si quieres mira mis fotos

  • Sí, es cierto. Tenemos la misma mamá – contestó sorprendido el oso blanco.

Así el oso se dio cuenta que sean negros, morenos, blancos todos son iguales y nunca más volvió a discriminar a nadie.

Autor: Andryu Camilo Jimenez Franco

Curso: 505

¿Qué opinas de la actitud del oso blanco con el oso negro? ¿qué consejo le darías?

bottom of page